Las y los autónomos aumentan en septiembre y resisten la fuerte incertidumbre

  • La cifra de autónomos y autónomas continúa superando en el mes de septiembre más de 3,3 millones de afiliados a la Seguridad Social
  • El empleo autónomo experimenta un mes marcado por el crecimiento del 0,07%
  • En términos interanuales el trabajo autónomo incorpora a 9.988 (+0,30%) autónomos y autónomas
  • Landaburu: “saludamos los datos positivos de este mes, pero hay que seguir manteniendo la cautela porque la situación actual que están atravesando las y los autónomos requiere que no bajemos la guardia”

Madrid, 4 de octubre de 2022

Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones publicados esta mañana, la afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos aumentó en un 0,07%. El número de autónomos en junio se situó en 3.329.863, lo que supone un aumento de 2.427 autónomos que el mes anterior, aumento inferior al del año anterior en el mismo mes (4.272) pero que demuestra que las autónomas y los autónomos están resistiendo, aunque con muchas dificultades, la inflación y la incertidumbre. Y experimenta un aumento de 9.988 más que hace un año (+0,30%). La evolución del empleo en septiembre de 2022 experimenta un repunte y rompe con la tendencia anterior de descenso, cifra que coincide con la de los asalariados donde se incorporan 29.300 trabajadores, siendo estas mejores cifras que en los años prepandemia. María José Landaburu, secretaria general de UATAE, valora que las cifras que percibimos en el trabajo por cuenta ajena “son positivas y pese la incertidumbre económica y la crisis inflacionista que está viviendo” aprecia que “las medidas impulsadas por el Gobierno están sirviendo para articular una respuesta clara a la creación de empleo, tanto en el trabajo asalariado como en el autónomo” por eso insiste en la necesidad de “seguir en esta senda marcada con el rumbo puesto hacia la activación de nuevos escudos de protección social que repercutan con ayudas directas en las y los autónomos”. Septiembre ha marcado un compás de espera en el empleo. A pesar de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, la situación de los precios y la fuerte incertidumbre económica, aumentó la afiliación a la Seguridad Social y la contratación indefinida. También aumenta el desempleo, pero en línea con lo que es tradicional después de la temporada de verano. No obstante, el paro se sitúo por debajo de los 3 millones de personas, el nivel más bajo para un mes de septiembre desde 2008. Por otra parte, septiembre ha marcado por sexto mes consecutivo, un número de ocupados que supera los 20 millones de personas.

En términos intermensuales, el RETA experimenta un aumento menor con respecto al régimen general (aumento del 0,07% frente al 0,17% de asalariados). Sí que se aprecia una diferencia mayor en relación al mismo período del año anterior; el incremento de +0,30% (9.988 nuevas incorporaciones) en el trabajo autónomo, frente al 3,95% (+637.645) del trabajo por cuenta ajena. Ante estas cifras, desde UATAE hacen hincapié en que las cifras son positivas en términos interanuales y se sigue recuperando trabajo autónomo con respecto al inicio de la pandemia. Por eso mismo son conscientes de que “no hay que descuidar la visión a futuro y por ello, hay que seguir activando planes de actuación que sigan paliando los efectos de la crisis bélica actual” ante esto Landaburu, incide en que “hay que desligarse de la visión del trabajo autónomo como empleo refugio y reforzar medidas que sitúen al trabajo por cuenta propia como una alternativa real de empleabilidad” para ello “toca focalizarse con actuaciones que fomenten la competitividad del trabajo autónomo con el asalariado a través del implemento de ayudas que refuercen la digitalización, sostenibilidad y colaboren en la eliminación de la brecha de desigualdad”.

En este sentido, la Unión de Autónomos considera que es fundamental la lucha contra la inflación, pero desaconseja que se haga mediante la profundización en el aumento de los tipos de interés, que supone graves consecuencias para la financiación de muchas pequeñas empresas y autónomos, disminuye la capacidad de crecer económicamente y supone una menor creación de empleo. A juicio de la Organización, “la lucha contra la inflación se debe centrar en su origen, que son los precios de la energía y en una política fiscal que ayude a los menos favorecidos y encuentre la solidaridad en las grandes empresas y la riqueza”.