- La Organización reclama el impulso de más medidas para constituir el trabajo autónomo como una alternativa de empleabilidad digna para las mujeres
- Desde UATAE-Mujer denuncian que la brecha de género es especialmente profunda para las trabajadoras por cuenta propia
- Landaburu: “el trabajo autónomo no puede consolidarse como elemento de refugio precario para las mujeres que son expulsadas del mercado laboral, hay que impulsar medidas que garanticen derechos y amplíen la protección social de las mujeres a lo largo de su carrera profesional”
Madrid, 22 de febrero de 2024
Hoy, 22 de febrero, Día de la Igualdad Salarial, la Unión de Asociaciones de Trabajadoras Autónomas y Emprendedoras Mujer (UATAE-Mujer), invita a la reflexión señalando la doble discriminación que las trabajadoras autónomas y emprendedoras padecen por el hecho de ser mujeres y trabajar por cuenta propia. Actualmente, alrededor del 27,4% de la población autónoma femenina tiene más de 55 años, lo que para UATAE-Mujer es un claro ejemplo que entrevé el refugio que supone el trabajo autónomo para las mujeres que son expulsadas de la vida laboral y terminan buscando la reinserción a través del empleo por cuenta propia. Como indica María José Landaburu, secretaria general de UATAE, “el acceso a la actividad se produce a edades avanzadas tras la interrupción de las carreras profesionales que impiden el desarrollo de lo que hubiera sido el devenir normal de las mismas”.
Para UATAE-Mujer, la brecha salarial también hay que buscarla donde no se ve; todo ese tiempo de cuidados que no es remunerado y que afecta el desempeño profesional de las mujeres. Porque como apunta Landaburu, “la falta de corresponsabilidad en los cuidados tanto por los varones como por las distintas administraciones no dejan de ser elementos que impulsan a la interrupción de las carreras profesionales, laborales o mercantiles”, y esto termina de condicionar la foto fija de “la precariedad que acosa a las mujeres autónomas como factor determinante de la premisa de la necesidad”. Toda esta situación conduce a que muchas trabajadoras autónomas tengan que lidiar con la precariedad en sus últimos años de cotización, lo que imposibilita que posteriormente puedan acceder a pensiones dignas. Así lo reflejan los datos, las personas autónomas tienen una pensión media un 40% inferior a los asalariados, consecuencia de un sistema de elección de las bases de cotización que se ha demostrado nefasto para la protección social. Pero, además, “la pensión media por jubilación de las mujeres autónomas es un 25% inferior a la de los hombres autónomos, lo que da idea de unas bases de cotización durante años de la mujer muy inferiores al hombre”, subraya Landaburu.
El autoempleo no puede transformarse en el salvavidas de la población desempleada. Debe ser un verdadero camino a la emancipación económica para quien ejerza este trabajo. No se va a poder trabajar sobre la brecha salarial hasta que no se generen datos estadísticos de más amplia cobertura, sin sesgo de género, que puedan permitir un análisis completo del colectivo de trabajadoras autónomas y las necesidades a la hora de ejercer su labor. En estas líneas, UATAE-Mujer se suma a las reivindicaciones de la jornada de hoy y solicita políticas eficaces y no solo el impulso al autoempleo como medida de conciliación. Este colectivo es representativo de una parte de la sociedad española y por lo tanto requiere políticas públicas especificas acordes a las características del sector autónomo.
Por eso desde UATAE-Mujer solicitan:
-Actualmente, las medidas de conciliación más solicitadas en el trabajo asalariado son aquellas que tienen que ver con la reducción de horas de trabajo y la consiguiente pérdida de salario. Una autónoma ni siquiera tiene esa posibilidad, por tanto, se hace más necesario y urgente ampliar las coberturas sociales y las bonificaciones para las autónomas, quienes muchas veces se ven abocadas al cierre por cargar con la responsabilidad de los cuidados.
-Medidas de sensibilización que puedan visibilizar el impacto que tienen las tareas de cuidado como trabajo no remunerado.
-Medidas de evaluación, supervisión y control de las condiciones laborales actuales de las mujeres trabajadoras.